De
tras pies en tras pies fui dilatando mis vivencias, golpe tras golpe
fui encajando las enseñanzas de una maestra rigurosa y tajante, con
mas corazón que seso, caminando por senderos pedregosos de caidas
crueles y levantares sosegados, fui formando mi vida.
Conforme
iban pasando los años y los ingresos vi que era Dios el que usando
los sueños y mis experiencias un tanto surrealistas me mostraba el
camino para encontrar mi verdadero Ser. Lo que al principio eran
sospechas adornadas con el tiempo pasaron a ser realidades
vislumbradas y con mas miedo que otra cosa asumía el papel que el
destino ha forjado para mi, aun con temor a que todo esto fuese una
locura mas, el echo es que todos tenemos un objetivo marcado y una
meta a la que llegar, si crees que puedes, puedes.
El pasado
me enseño no con poco dolor que es en el presente, donde con
nuestros actos labramos el futuro. La historia se repite una y otra
vez como el cuento de nunca acabar, en diferentes escenarios y con
actores renovados, la misma historia es contada.
La forma
en que aprendamos da igual lo importante es aprender que todos somos
valiosos, que nadie es mejor que nadie y que si te llaman loco es por
que a ellos les queda mucho camino por recorrer. A mi modesto pensar
creo que debemos sernos fieles a nosotros mismos y buscar cual es el
objetivo, cual es nuestra meta, el por que y el para que estamos
sufriendo viajando a traves de esta maestra que es la locura.
Si se
observa con atención lo que para unos puede no tener sentido, para
otros es una realidad irrefutable, tan valida como cualquier otra.
Manuel
Sánchez Diego.