martes, 20 de febrero de 2018

A Carla

Tierna belleza clara
de risa apasionada.
Alta gracia posees, elegante diseño
de formas dulces
y estilizada verdad.
Acento sabroso
de raíz sugerente
aterciopeladas palabras.
Manos deseosas
de ser acariciadas,
seno repleto de amor;
linda mirada.
Prendido de ti estoy,
más no espero nada.
Solo a ti.

sábado, 17 de febrero de 2018

HISTORIA DE PIEDRA


 
En una plaza cualquiera de cualquier ciudad, un hombre estatua se prepara para su larga jornada, no hay nada mas duro que permanecer por largo tiempo inmóvil. Pero era su oficio, el único trabajo que esta sociedad le permitía tener. Y además le gustaba ver la cara de susto de los pequeñines cuando se movía y descubrían que no era de piedra.
 
Con su frac y su sombrero de copa, totalmente dorado cual colgantes en el cuello de un gitano, permanecía inmóvil hasta que alguna alma caritativa le echaba una moneda, que le aliviaba el entumecimiento de los músculos y el dolor de su estomago.
 
Le gustaba imaginar las vidas de los transeúntes que se arrimaban a cronometrar cuanto tiempo pasa sin pestañear. Seguro que van a sus trabajos sin detenerse ni a admirar la bella ciudad donde viven, seguro que ni ven a los niños reírse a carcajadas cuando casi atrapan a la palomita que juega con ellos, mientras trata de buscar alimento, se decía que el tenia mucha suerte de poderse deleitar con todas las pequeñas cosas de la vida.
 
-Mama mira, una estatua dorada. – no es una estatua, es un señor. – que va, si ni siquiera pestañea. – toma échale una moneda y veras. – Aaahh!! Que susto. Se reía la madre y el novio dorado, se decía, - vamos bien hoy ya puedo pagarme la pensión. El niño pensaba que trabajo mas aburrido hay sin moverse y encima dando sustos, vaya chorrada, yo cuando sea mayor quiero ser arquitecto como mi papá.
 
Desde lo alto de su pedestal, podía apreciar la belleza de los escotes de las chicas amables, y se decía, a esa si que le echaba yo una moneda en la ranura , jeje! y se reía sin apenas gesticular su cara. Pero lo que más le gustaba era asustar a las abuelas, decía – así su corazón late mas deprisa y vivirán mas años, y se volvía a reír.
 
A veces si el día había sido propicio, se daba el lujo de comer de menú, si no al súper a comprar algo de embutido, pan, y un brig de vino, que calentaba su cuerpo tanto tiempo a la intemperie expuesto.
 
Dos extranjeras, mapa desplegado en mano paseaban ceca de la estatua, despreocupadas si saber lo que les esperaba. Una chavalita, de unos 12 años, probaba suerte hurgando en el bolso de la más bajita, nuestro gentil caballero se dio cuenta, y de un grito asustó a la chiquilla. Cocido madrileño, unos San Jacobos y un flan, fue la recompensa por evitar el atraco, a parte de la grata compañía de las lozanas jovenzuelas.
 
- ¿Cómo usted, trabajar estatua? Pregunto la bella dama de ojos azules y cabellos dorados. – Si tenéis tiempo os lo cuento. Y comenzó a narrar una historia que las dejo de piedra. Acababa de salir de la academia de policía, tenia 22 años y una novia linda, era feliz, el hombre mas feliz de la tierra, con la que el próximo mes de mayo iba a casarse. Malditas sean las drogas un joven ignorante puesto hasta las cejas, conduciendo un copé rojo, segó la vida de lo que más amaba, y la suya la lanzo al mas profundo de los abismos. A partir de entonces la locura fue su compañera y la calle su hogar.
 
msd.
 
 
 
 
 
 
 
 
 

viernes, 16 de febrero de 2018

Ángeles



Vosotras que simbolizáis el Espíritu Santo, que sois mensajeras de la paz, que fuisteis los teléfonos móviles de antaño, que sois el juguete de nuestros hijos, a vosotras palomas quiero daros las gracias.

Gracias por la compañía.

Gracias por dar vida a las grises ciudades.

Gracias por todo.

¿Adónde va una sociedad en la que prohíben alimentar a las palomas y permite matar a los toros?

¿Adónde va esta sociedad, en la que se insulta a las palomas?

¿Adónde nuestra humanidad?

Las Palomas os comunicáis de forma parecida a la abejas, a los perros, a los delfines. Como las abejas dando pasos y giros, como los perros con vuestras heces, como los delfines con arruyos llenos de sentido.

Alas tenéis dos, por que el mundo, el universo, Dios , Alá, una es ala hembra y otra ala macho; dual dios es ala vez bueno y malo, justo he injusto, no toma parte ni del león ni de la gacela, son sus leyes naturales las que actuan.

Vosotras mensajeras, que vigiláis con vuestros vuelos a cada uno de nosotros. Como ejemplo un hombre y yo nos ívamos a cruzar y ívamos mal encarados, al punto de cruzarnos se pusieron dos palomas por medio, evitando así la posible confrontación.

Otro ejemplo , estaba esperando a una mujer, a la cual estaba intentando conquistar,, en un banco delante de su puerta, y se posaron dos tórtolas y se besaron como tortolitos, alimentándose el uno a la otra. Por eso el macho cuando corteja a la hembra infla el buche como muestra de su capacidad para alimentar a la familia.

Otro ejemplo, me quede mirando una paloma que se dirigía al campanario de una iglesia cercana, digo a ver que quiere decirme esta paloma; en ese momento cruzaba una mujer musulmana embarazada y al subir a la acera, me oyó y se quedo calvada de rodillas, al calcular mal la altura de la acera.

Por no hablar de la capacidad de guiaros por las corrientes eléctricas del planeta.
  
A VOSOTRAS OS DOY UN TRILLON DE GRACIAS YA QUE POSEEIS LA GRACIA DEL ESPIRITU SANTO.

Manuel Sánchez Diego.

jueves, 15 de febrero de 2018

CUANDO LOS GRILLOS HABLAN


En aquel verano todo eran risas y juegos, amigos con quienes compartir aventuras y sueños, teníamos la mala idea de cazar grillos, le echábamos agua en sus agujeros y cuando salían los enjaulábamos para llevarlos a nuestras casas y escucharlos cantar.

Con el tiempo, el canto de estos grillos nos fue taladrando el cerebro, hasta convertirse en pensamientos estridentes y convulsivos.

 

En mi cabeza solo se oían las discusiones de mis padres y el machacante canto de estos negros bichejos, negros como mi futuro.

En la escuela el maestro enseñándonos cosas que ni el mismo sabia para que nos iban a servir y yo intentando abrir la jaula de mi mente, intentando soltar todo ese tronar.

 

Manuel, ¿por qué escribes con la letra tan pequeñita? Me pregunta Don José. Es que vi en una película que sé podian detectar los problemas de la gente a través de la escritura, y es que me siento tan pequeño. No se lo dije tan solo lo pensé y me encogí de hombros como respuesta.

 

Mi abuelo ¡que gran hombre!, todo el pueblo lo quería mucho, si podía hacerte un favor, sin duda te lo hacia. Lo que más me impresionaba de él era, aparte de su gran estatura, su apabullante silencio, como todos los de su generación conoció el terror de una guerra, que les tatuó el miedo en la sangre y el silencio en la boca, ellos educaron a sus hijos en el respeto, pero también en el miedo, aun nosotros sentimos en nuestras sienes sus grillos destrozando la comunicación entre generaciones.

 

Llorando como casi siempre, camino a casa, pesando, - si estos son amigos que será de mí cuando tenga enemigos. Mi madre, - ¿quien té a pegado esta vez? y yo mudo como una tumba, - “la madre del perro”, decía mientras trataba de saber de mis torturadores, y mis grillos me decían, - “no digas nada que mañana te dan el doble”.

 

Y así pase mi infancia, no digo que no hubo momentos buenos, que los hubo, sí, pero pesan tanto los dolorosos, que es difícil acordarse de ellos. Y así llegamos al final de la E.G.B. Don José, - que levanten la mano los que van a ir al instituto. Los empollones arriba la mano. - Que levanten la mano los que van a ir a formación profesional, y todo el resto, menos uno, arriba la mano. - Manuel ¿y tu? ¿Que vas a hacer?. Me conformo con sobrevivir, mi respuesta fue encogerme de hombros, menos mal que no dije nada. Por que me hubiesen llevado al psicólogo, que es a donde fui a para cuando mi abuela falleció.

 

Ya Freud lo dijo, todo es por culpa del sexo, me entró miedo de morirme sin haber culminado ni una sola masturbación y así que me puse manos a la obra, y fue caer en el abismo de los insomnios y en las idas y venidas al loquero, que es como llamaban mis grillos al terapeuta psicológico.

 

“No te metas en camisa de once baras”, me decía insistentemente mi madre, yo no lo entendí hasta años después, cuando ingrese por primera vez en el psiquiátrico, cuantas idas y venidas a esa institución, que lo único que conseguía era que los grillos se distrajesen un rato.

 

Y en la soledad los grillos se iban haciendo más crueles hasta el punto de empujarme por tres veces al intento de suicidio, y la muerte me miraba sonriente, “aun puedes sufrir un poco más, aun no es tu hora”. Que simpática la muy negra y bastarda.

 

Nos cambiamos de ciudad, por culpa de la crisis económica y política. ¡Dios que calor!. ¿Y esos trenes todas las noches?. Tren con destino a Valencia, tren con destino a Barcelona. Tren con destino al hospital psiquiátrico, donde te torturaban atándote a la cama, allí conocí el verdadero significado de la palabra desolación.

 

Después de mil desengaños amorosos conocí el amor, mi único amor, fueron años felices, con algún que otro tropezón, seis años y medio de ternura e ilusión, más la vida como maestra rigurosa que es, quiso enseñarme una nueva lección, y un 8 de diciembre, tras devolverme el anillo que le había dado el día anterior, mi amor con un adiós me mató.

 

Mil trabajos tuve, desde unas pocas horas, hasta un año el que más duró, aprendí que los compañeros eran solo de cartón, que clase de gente a tu petición de ayuda te dice. – ya te apañaras. En fin desilusión tras desilusión no me quedó mas remedio que acogerme a una pensión.

 

Mientras tanto los grillos seguían entonando su canción y yo haciendo oídos sordos, seguí navegando por la vida aunque sin timón. A punto de cumplir 50 años, sobrevivo, que no es poco, como puedo o me dejan, unos días en la tormenta y otros aguantando el chaparrón.

 

Manuel Sánchez Diego.