viernes, 28 de agosto de 2015

LORENZO Y MARÍA


Padre, Madre:

Nunca os comprendí,
tu Padre siempre ahí, en tu sitio;
cada mañana te levantabas sonriente para llevar un poco de pan y luz a casa.
Tu Madre, aguardando su llegada, dejándote la piel por tus hijos; por todos. Y...

Ahora... ¿que?

La ambición del hombre , mi propia ignorancia siega vuestras vidas.

Padre callos tienes hasta en el alma.
Madre surcos en tu piel y en tus ojos.

Sin embargo siempre estaréis ahí luchando eternamente por lo que queréis y sois.
Gracias Padre Sol, Madre Tierra.

Manuel Sánchez Diego.

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