Lorenzo
era un tipo muy fogoso que se enamoro de María,
hermosa
como ella sola podía.
Él
la iba rondando de año en año,
mas
a ella tanto calor le hacía daño.
Merodeando
siempre por ahí estaba Catalina
a
la cual los celos le consumían.
Esta
no era tan hermosa como María
pero
con sus trucos a Lorenzo confundía.
Catalina
se hizo inseparable de María
a
la que cada veintiocho días la sangre hervía.
Tal
era el influjo que sobre ella tenía
que a veces a Lorenzo no veía.
Esta
vieja Catalina un defecto tenía,
no
decía la verdad y encima sonreía.
A
Lorenzo la idea de poseerlas le atraía
eso
de ser el centro de las dos le podía.
Al
fin Lorenzo se decidió por María
y
con ella un universo de hijos tendría.
Cuentan
que desde entonces Catalina
llora
desconsolada su mentira.
Esta
historia, fue, es, será y sería
la
eterna rueda de la vida.
MSD.
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